La llegada
El primer llanto lo cambió todo, mi cuerpo tiritaba y mi llanto se sumo al suyo, no sé si de alegría o susto, pues al tenerla por primera vez parece que el tiempo se detuvo sin saber qué hacer, toda la preparación la olvidé en 1 minuto, pues descubrí que ninguna receta me serviría, y fue ella quien me demostró que iba a iluminar y dirigir este nuevo comienzo. Siento que con su llegada volví a nacer... aprendí que el control no existe, es un invento (de un descontrolado seguro). Todo es un camino incierto, lleno de sorpresas, aprendizajes y desconcierto y sí, nunca he vuelto a dormir como antes, pero aunque suene cliché, su sonrisa en la mañana lo supera todo y me llena de nuevos bríos para volver a empezar…
Este camino no ha sido fácil, me tomó un mes descubrir los diferencias en sus llantos, me tomó 3 meses aceptar la fórmula como parte de nuestra vida, aún no acepto volver a trabajar fuera de casa… Nunca volveré a ser la misma, aquella mujer es parte de un recuerdo que abrazo con gratitud, pero que dejo ir, pues me encanta en quien me he transformado. Sé que esta ruta recién comienza y aunque a veces quiero detener el tiempo, añoro todo lo que viene porque tengo la certeza de que será tan mágico y luminoso como ella, mi Julieta.
Dani Daza